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COAPAZ en su interés por dar a conocer la realidad de los ambitos socioambientales y fomentar la corresponsabilidad, informamos sobre nuestros hallazgos positivos o problemáticas en los territorios en los cuales tenemos alguna incidencia para generar alianzas estratégicas que nos permita continuar con el desarrollo de nuestras actividades a lo largo de la geografía colombiana.

El Ajizal, crecimiento poblacional e impacto ambiental

Por Sandra Milena Puerta

Noviembre de 2019

Inicialmente se conoció como la Loma del Ajizal, según relatan sus habitantes, El nombre "El Ajizal" es debido a que en una finca de la parte alta, lindando con el barrio Belén, había muchas plantas de ají pajarito.

El Barrio El Ajizal está localizado en la zona rural, al costado occidental del Municipio de Itagüí, conformado por un sector suburbano y otro rural; se caracteriza por estar situado en terrenos montañosos con pendientes fuertes y actualmente no cuenta con nomenclatura, de ahí que para establecer con mayor claridad los límites se partió de las apreciaciones que los pobladores tienen; es así como el barrio limita al norte con el barrio El Porvenir ( a través de la quebrada la Llorona), al suroccidente con el barrio los Gómez, al oriente con el barrio Santa María No 2 (en la carrera 52D), y al occidente con el Municipio de Medellín (en el sitio denominado "La Guaca"

Cuenta el señor Arcadio de Jesús Taborda, habitante de la vereda, que las escombreras El Valle, Cedros y Santa María ya fabricaban los adobes con los que se construía el Valle de Aburrá. "Yo llegué en 1968 y habían como 20 casas. Compré mi terreno en 45 mil pesos y ahí construí la casita", narra el hombre de 74 años.

En el costado norte del municipio de Itagüí, desde fines del siglo XIX se ha explotado la franja occidental en la industria de fabricación de adobes, tejas y ladrillos a partir de la riqueza que tienen las montañas de material arcilloso, base para la producción de estos materiales.

Esta industria generó bastante empleo y fue próspero por décadas, pero ha encontrado fuertes competidores en otros sectores económicos del Valle de Aburrá, la migración hacia una economía más dependiente del turismo, lo que de paso ha implicado otros usos del suelo, como es la construcción de grandes complejos de vivienda y la creación de un plan corregimiento que convierta todo el territorio en un corredor verde circunvalar.

Siguiendo con la vereda el Ajizal, después del proceso de liquidación de la empresa Galpón Guayabal que quedó inconcluso, generó la ocupación informal de lotes, compra y venta privada de predios que se salió del control de la autoridades municipales y de los propios 19 jubilados de la empresa, que en principio eran los destinatarios de la distribución de un lote de 35 hectáreas, fruto de la negociación y acuerdo de los dueños de la empresa con sus trabajadores para cubrir el cumplimiento de sus obligaciones laborales.

Y es a raíz de este loteo donde llegan mucha personas, en su gran mayoría desplazada a causa del conflicto armado colombiano y el conflicto intraurbano, que ha visto en la vereda el Ajizal una esperanza para habitar un lugar similar al de su origen migratorio y se ha creado un asentamiento que recibe personas de diferentes regiones como Montería, Tarazá, Santafé de Antioquia, Apartadó, Cáceres, Chigorodó, entre otros municipios; y que ahora se ven acompañado por el incremento de la población venezolana que también están llegando allí, para aumentar la población.

En el Ajizal se presentan conflictos en el uso del suelo debido a la alta densidad de la población que llega realizando la construcción masiva de viviendas en zonas no aptas para ello. De estos usos inadecuados se han generado problemas como degradación del suelo en la explotación de las ladrilleras, generando erosionamiento y contaminación atmosférica, y el acelerado proceso de urbanización que muestra desbordamiento urbanístico sobre el espacio rural y la invasión de las márgenes de las quebradas donde llegan las aguas negras y basuras de las viviendas creadas por la necesidad de nuevas familias por asentarse en algún lugar, a costa de la falta de características adecuadas de infraestructura y servicios básicos domiciliarios.

En la vereda el Ajizal la ausencia de estrategias para el postconflicto, dirigidas a la reconstrucción del tejido social de la población víctima del conflicto armado colombiano, se genera un problema mayor con relación al riesgo de la vida para estas personas que buscan un asentamiento y llegan a esta población y territorio que está atravesando por un proceso conflictivo de reubicación por alto riego del sector (zona protegida y cordón verde municipal) donde se requiere construcciones amigables y sostenibles con el medio ambiente, en el cual se necesitan personas con conciencia y cultura ambiental para mitigar la calidad de vida y que permita ser replicable en otros lugares que tienen estas mismas problemáticas.

Los problemas de conflictos sociales, el uso inadecuado del suelo inestable, los factores de riesgo en la construcción de viviendas no aptas para habitar, la contaminación del aire a causa de la producción alfarera por más de tres fábricas, la falta de recursos económicos de las familias desplazadas, la ausencia de servicios básicos domiciliarios, la contaminación del agua y el suelo con los residuos sólidos que conllevan a dificultades de salud pública, el incremento desmedido de la tenencia responsable de las mascotas, el difícil acceso para la recolección de basuras, la falta de centros ecológicos o puntos de acopio para el reciclaje, estos y otras problemáticas en El Ajizal hace que la vida de sus habitantes este marcada por un crecimiento poblacional e impacto ambiental que desfavorece las condiciones para la calidad de vida.

El conflicto armado y la tierra como una víctima más

Por Marcella Fernández Q

Noviembre de 2019

Existen vínculos claros y múltiples entre los conflictos armados, de un lado están las disputas sobre los recursos naturales y del otro el medio ambiente. El 81 % de los conflictos armados que se dieron alrededor del mundo entre 1950 y 2000 tuvieron como escenario, zonas de alta biodiversidad y especialmente vulnerables, según publicada por varios académicos llamada 'Guerra en puntos críticos de biodiversidad'. Colombia a nivel nacional e Itagüí territorialmente no ha sido la excepción, a lo largo de más de cinco décadas, las disputas por los recursos naturales y los conflictos socioambien­tales han estado entrelazados con la violencia de formas muy diversas y lamentables.

Existe un vínculo de la guerra con la naturaleza el mismo que se presenta entre la posibilidad de una paz perdurable, en otras palabras, si el conflicto giró parcialmente alrededor de los recursos naturales y el medio ambiente, la suerte de los proceso de construcción de paz será moldeada por múltiples factores socioambientales: las políticas gubernamentales sobre la materia, los movimientos ambientalistas, el lugar y las modalidades de la explotación de los recursos naturales en el modelo económico del futuro, la fortaleza de los Estados nacional y local para implementar las leyes y políticas ambientales, la participación de los ciudadanos en las decisiones sobre el medio ambiente que los afectan, las presiones previsibles del cambio climático sobre poblaciones que tendrían que desplazarse forzosamente por nuevos eventos climáticos extremos y el ordenamiento territorial de las zonas biodiversas. Es por ello que Las áreas de reserva forestal fueron establecidas, en su mayoría, por la Ley 2 de 1959. El Código Nacional de los Recursos Naturales (Decreto- Ley 2811 de 1974) las define de la siguiente manera: "Artículo 206: se denomina área de reserva forestal la zona de propiedad pública o privada reservada para destinarla exclusivamente al establecimiento o manteni­miento y utilización racional de áreas forestales productoras, protectoras o productoras-protectoras", por eso se sobreponen diferentes características o situaciones que están relacio­nadas con el medio ambiente y los recursos naturales que pueden ser de­terminantes para las intervenciones.

Para analizar cómo el medio ambiente puede ser una víctima del con­flicto armado acogemos la propuesta de Stone (1972) de considerar el medio ambiente como una entidad jurídica, titular de derechos. Si bien la legislación colombiana aún no lo reconoce de esa manera, conside­rar el medio ambiente como sujeto de derechos tiene asidero teórico y constitucional (Rodríguez Garavito, 2015). En términos teóricos, dicha posición tiene que ver con una de las preguntas centrales de la teoría de la justicia contemporánea: quiénes son sujeto de derechos. Como argu­menta Nussbaum (2007), los ordenamientos jurídicos y las teorías de la justicia están expandiendo tres fronteras: Una, la definición convencional de capacidad física y cognitiva, para incluir los derechos de las personas con diferentes tipos de discapacidad; Dos, la nacionalidad, para incorporar los derechos de los migrantes que hoy están en un limbo jurídico, en una tierra de nadie; y tres, por último, lo que más interesa para este argumento: la especie humana. En relación con esto último hay que preguntarse: ¿por qué los seres humanos son los únicos titulares de derechos?, ¿es posible extender la noción de sujeto de derechos constitucionales para incluir, de manera siquiera limitada, a otros como los animales no humanos?

La pregunta teórica de Nussbaum ya tiene un comienzo de respuesta positiva en la jurisprudencia colombiana, específicamente la del Consejo de Estado, que otros jueces y autoridades han invocado en otros fallos sobre el medio ambiente. En un fallo de 2013, el Consejo encaró la pregunta: ¿los animales tienen derechos? Al responder que sí, el Consejo censuró al Estado por permitir los múltiples abusos de un centro de investigaciones contra los monos amazónicos con los que experimentaban.

La democracia ambiental, entendida como el derecho que tienen los ciudadanos, las comunidades y las entidades locales de participar en las decisiones relacionadas con el medio ambiente que los afecten. El concepto de democracia ambiental incorpora entonces la noción de la democracia participativa, según la cual el ciudadano debe tener la posibilidad real de ser parte de las decisiones de carácter público y la certidumbre "de que no será excluido del debate, del análisis, ni de la resolución de los factores que inciden en su vida diaria" (Corte Constitucional, sentencia C-021 de 1996). A esto se suma el mandato constitucional que establece que los ciudadanos deben poder participar en las decisiones relacionadas con el medio ambiente (Art. 79 CP). Este mandato, a su vez, incorpora el reconocimiento hecho en el Principio 10 de la Declaración de Río de 1992 según el cual "El mejor modo de tratar las cuestiones ambientales es con la participación de todos los ciudadanos interesados, en el nivel que corresponda".

La democracia ambiental incluye también el respeto de las competencias de las autoridades ­locales relacionadas con el manejo del medio ambiente y el cumplimiento del principio de subsidariedad según el cual "la intervención del Estado, y la correspondiente atribución de competencias debe realizarse en el nivel más próximo al ciudadano, lo cual es expresión del principio democrático y un criterio de racionalización administrativa, en la medida en que son esas autoridades las que mejor conocen los requerimientos ciudadanos".

Para concluir, necesitamos más representantes de la tierra como víctimas del ser humano que se usufructúa de ella, pero sin obligación de conservarla y cuidarla como si fueran propios. La tierra está sujeta a nuestros derechos, ¿no debería ser los seres humanos sujetos a los derechos de la tierra? El compromiso con la preservación, respeto y cuidado de la tierra debe ser de todos, es hora de devolverle todos los derechos que hemos gozado gracias a ella. 

NAVIDAD EN VIVO


GRACIAS A LAS ALIANZAS INTEGRALES PUBLICO-PRIVADAS, HEMOS LOGRA CELEBRAR LA NAVIDAD AÑO TRAS AÑOS A LOS NIÑOS MAS VULNERABLES DEL TERRITOTIO.  

NIÑOS QUE ESPERAN CADA DICIEMBRE CON ANCIAS LA CELEBRACION DE LAS NOVENAS DE AGUINALDO PARA EL NACIMIENTO DEL NIÑO JESUS EN ESTE MUNDO TAN AGOBIANTE Y DOLIDO.


EN LA PANDEMIA


  !!!!!  COMO ANGELES CAIDOS DEL CIELO !!!!        

GRACIAS A NUESTROS MULTIPLES COLABORADORES Y DONANTES, LOGRAMOS AUXILIAR A MAS DE 400 FAMILIAS DE LAS QUE RESIDEN EN NUESTRO TERRITORIO DEL BENEFICIO PARTE ALTA DE LA VEREDA EL AJIZAL.

 

GRACIAS A LAS DONACIONES RECIBIDAS TANTO EN VIVERES, COMO EN UTENCILIOS DE ASEO, VESTUARIOS Y UTILES ESCOLARES PARA QUE  NUESTRO NIÑOS PUDIERAN RECIBIR SUS CLASES DE UNA FORMA REMOTA COMO SE IMPLEMENTO EN LAS INSTITUCIONES EDUCATIVAS.


SOLO NOS RESTA DECIRLE GRACIAS...GRACIAS...GRACIAS Y MILES DE BENDICIONES A TODOS LOS QUE APORTAN CADA DIA PARA HACER REALIDAD MUCHOS SUEÑOS Y SUPLIR NECESIDADES DEL MINIMO VITAL.

     LUDOTECA                "Un Mundo de Colores"

EN COMPAÑIA CON LA POLICIA DE INFANCIA Y ADOLESCENCIA METROPOLITAN DEL VALLE DE ABURRA, en cabeza del Intendente DUVAN URIBE, LOGRAMOS DAR A PERTURA A ESTE MAGICO MUNDO RESTRUCTURADO PARA LA COMUNIDAD DEL BENEFICIO, ESPECIALMENTE PARA LOS NIÑ@S.

Gracias a todas las alianzas privadas y publicas que tuvimos, en especial a la Biblioteca Echavarria Misas de Itagui que nos ha apoyado mucho en la materialización de este maravilloso lugar.

¿NADIE ES PROFETA EN SU TIERRA?

Por: Astrid Saldarriaga

Febrero de 2019

Como una sentencia he escuchado esta frase a lo largo de mi vida. Nací en un pueblo de 5.000 habitantes, con dos calles largas, una de ellas, la principal, la otra un malecón que bordea un embalse que desplazó al 80 % de sus habitantes a riesgo de ser inundados al paso de una represa que funciona como hidroeléctrica. Los extensos bosques con lomas, montañas, quebradas y animales, se convirtieron en pequeñas islas e islotes; en poco tiempo el agua llegó hasta los zócalos, luego a las ventanas, después a los techos, hasta que el paisaje conocido quedó reducido a pequeñas olas y restos de árboles a los que se les veía solo los copos emerger. Poco tiempo hubo para comprender lo que pasaba. Los animales tuvieron que huir a una zona seca para volver a hacer sus madrigueras, los patios en tierra de las casonas de campo se volvieron el nuevo hábitat de los peces de río, que ahora nadaban libres por 107.021.000m3 de agua, todo esto se asimiló mientras se comenzaba de nuevo, en otra casa y a otro ritmo, el que da el "progreso", las heridas del destierro se fueron curando de a poquito. El pueblito aquel ya tenía un nuevo vecino que se quedaría ahí para siempre: el embalse Peñol-Guatapé. Sin tierras para cultivar y árboles para aserrar los guatapenses empezaron a abrirse camino en la atención al público, y en el servicio a los escasos visitantes que llegaban buscando diversión en el embalse y la sensación de estar volando en la cima de la piedra que todos conocen como la piedra del Peñol.

La violencia se extendía por el departamento como una plaga y llegó al pueblito que prometía ser un destino turístico, el terror se apoderó de los habitantes, algunos huyeron, otros murieron, solo quedaban los tres mil y pico que resistieron o que fueron tan testarudos y no quisieron o pudieron salir, turismo ya no se veía, nuevamente tuvimos que cambiar la vocación turística, ¿De qué vivíamos? es una pregunta que todavía me hago, las casas abandonadas y ocupadas por los paramilitares ensombrecieron el paisaje, el tiempo se detuvo por las calles, la vida se extinguió , era la oportunidad para huir y buscar alternativas a una adolescencia que además adolece de oportunidades para ir a la universidad (en aquella época). Medellín fue el destino elegido para hacer mis estudios universitarios, hice mi vida, obtuve experiencia y luego de catorce años de trabajar y estudiar decidí regresar a Guatapé, en el que ya no había solo cinco mil habitantes, ni violencia, ni temor y mucho menos casas abandonadas. Guatapé retomó su interrumpida vocación turística, se pintaron las fachadas de colores, para darle una nueva oportunidad a la vida y tal vez olvidar los trece años de violencia y tristeza que trajo la crueldad de la guerra, tímidamente volvieron los turistas, todos nacionales que también exploraban el territorio con la promesa de tener seguridad en las vías. Pasaron cinco años para que dejáramos de ser un territorio vedado para los turistas extranjeros, así que cuando llegaron, no hubo tiempo de hacer preparativos, de socializar, de aprender ni modificar, de repente el pueblo tranquilo se convirtió en una procesión constante, un babel pequeño en el que nos tuvimos que acostumbrar a poner avisos que dijeran bathroom, tip, restaurant and welcome, nos tuvimos que acostumbrar a darle prioridad a los turistas que a los habitantes del municipio y nos hemos tenido que acostumbrar a vender a excelente precio nuestras tierras a extranjeros que a buen precio a los locales.

Regrese a Guatapé para tentar a la suerte y demostrarme que se puede ser profeta en tierra propia, aunque el refrán lo anuncie y en los pueblos lo crean de tanto repetirlo, porque se dice que no se progresa en un pueblo, se cree que los profesionales se estancan y hasta involucionan; pero regresé pretendiendo buscar un descanso a la congestionada vida citadina que ofrece estrés y enfermedades a cambio de dinero. A veces en los pocos momentos que tengo de descanso pienso que de verdad uno no es profeta en su tierra, y más los jóvenes que recién se estrenan como profesionales. Cuántos de ellos han tenido que buscar oportunidades fuera del pueblo, a sabiendas de que todo ese talento guatapense puede estar al servicio de su propia comunidad, sí lo sé; "no hay cama para tanta gente" y más aún cuando no se está trayendo inversión que posibilite la creación de empresa para darles oportunidades a los jóvenes y profesionales, tampoco hay que ser tan papista y pensar que a todos los profetas hay que darles empleo simplemente por ser de un lugar, que bueno sería que las plazas laborales en este país sean llenadas por meritocracia y no por devolución de favores políticos con una notable ausencia de conocimiento para desempeñar el cargo; pero eso sería un ideal muy romántico que siempre guardo y del cual tengo conciencia que es casi un imposible.

Pero, ¿Qué es progresar? la idea me quedó sonando, desde que me encontré con un amigo del pueblo que también se había ido a buscar suerte en Rionegro, porque así vamos todos; como viajeros, buscando oportunidades para llegar a ese anhelado progreso que nos vendió la sociedad moderna palabras más, palabras menos me dijo: "váyase de aquí, aquí uno no progresa". Hoy cuatro años después de esa conversación me sigo cuestionando sobre lo que para él era progresar, según la RAE progresar es hacer adelantos en determinada materia, quisiera aun hoy entender si se refería a conseguir dinero, un carro, una casa, creo que tenemos diferentes conceptos de lo que significa el progreso y mi mentalidad Millennial (es aquel tipo de persona que llegó a su etapa adulta después del año 2000) me lleva a pensar que progresar es hacer lo que nos haga felices.

Ahora, ¿Qué es ser profeta?; creo que es trabajar por una pasión independientemente de si hay o no un devaluado contrato laboral, gracias a las políticas nacionales, es sentirse satisfecho por lo mucho o poco que se haga por una causa asociada generalmente a una pasión, quisiera entender porque los profetas no son de su tierra, si es que no lo son. ¿Por qué hay tantos foráneos trabajando en el sector público y privado? otras de esas frases que se vuelven sentencias es: "Aquí no hay quien trabaje", yo pensaría: Aquí no hay quien pague bien, un salario mínimo no cubre ni lo mínimo para una digna subsistencia y trabajar al día por $25.000. Lo que ofrece el mercado laboral no contribuye mucho al progreso de una persona ni de una sociedad, esta economía parece no estar en su justo balance y cada vez es más capitalista hay que hacer compras y devolverle al sistema lo que nos ofrece, es decir pagar las facturas y todo lo demás, tal vez eso es progresar y ser profeta, tener dinero para pagar las cuentas para poder endeudarnos más y mostrarle a la gente que si progresamos así estemos de deudas hasta el copete.

¿Entonces ser exitoso y profeta es poder consumir más de lo que se puede o es poder ser feliz mirando el sol que se traga el embalse y las montañas?

SE BUSCA LA MAGNOLIA GUATAPENSIS:

Por: Astrid Saldarriaga

Mayo de 2018

¿El alma Negra de Guatapé? Pero ¿por qué a un árbol tan hermoso que además tiene el apellido Guatapensis puede conocerse como "Almanegra"?. Me puse a investigar y cuando inicie a leer sobre esta especie endémica Antioqueña quedé fascinada, ya había escuchado hablar a Miguel Arcila de su afán por encontrar esta especie, le seguí la corriente como dicen coloquialmente y juntos iniciamos con la rigurosidad que el caso amerita a hacer una investigación, buscamos por todas las veredas de Guatapé , incluso por veredas de El Peñol y nada, el árbol era un misterio, de él solo habían reportes en libros gruesos y páginas de internet que además decían que está en amenaza de extinguirse, esto tal vez fue el detonante para que Miguel y yo al estilo de Watson y Sherlock Holmes aprendiéramos el camino a su hallazgo, contactamos a los expertos en Magnoliaceae de todo el país ( el término que se usa para esta familia de árboles ), nos contactamos con organizaciones nacionales e internacionales en busca de información sobre la Magnolia Guatapensis, hablamos con cada campesino que creíamos tenía conocimiento sobre árboles y nada. La angustia empezaba a aparecer casi de la mano de la desesperanza, ¿Por qué si se descubrió y se describió en estas tierras nadie sabía de él ¿ Acaso nos habíamos entusiasmado con un imposible ? Ya empezaba yo a sentirme como Don Quijote luchando contra gigantes; pero así son las luchas en este país y más en temas de medio ambiente y más cuando la especie ocupa el primer lugar en importancia para ser salvada de su inminente extinción; pero volvamos al inicio ¿Por qué le dicen el "Almanegra"? Curiosamente este árbol es reconocido por los madereros y personas del campo porque al hacerle un corte su centro es precisamente de color negro, será de pronto una bella metáfora natural para este territorio? Así íbamos resolviendo pequeñas dudas sobre la especie y nos entusiasmamos nuevamente en su búsqueda, luego de muchas indagaciones por fin dos personas comprometidas con esta causa casi que perdida de la recuperación de las especies en vía de extinción y mucho amor por la naturaleza ( Mauricio Mazo de "Salva montes "y Juan Lazaro Toro de Corantioquia) nos hicieron entrega de un individuo como se les dice en botánica a los árboles, esto representó para Miguel y yo un triunfo enorme, por fin íbamos a conocer a la anhelada Magnolia Guatapensis; ya la habíamos visto en fotografías, por explicaciones y descripciones de los botánicos consultados

La Corporación Guatambiente ONG, le abre las posibilidades al Municipio de Guatapé y zona cercanas para dar a conocer un árbol que fue descubierto en jurisdicción del Municipio y del cual poco se sabe, se trata del Magnolio Guatapensis o Almanegra de Guatapé, descrita o descubierta por Gustavo Lozano, Botánico experto quien quiso honrar al Municipio otorgando dicho nombre: Guatapensis.

Existen en el mundo alrededor de 250 especies o clases de Magnolaceas diferentes ( unas de las primeras familias que aparecen en la tierra ) en Colombia existen alrededor de 40 especies, entre ellas Magnolia Coronata, Jardinensis, Urraoensis, Yarumalensis y por supuesto la Guatapensis.

Ante la desmedida deforestación de nuestros bosques nativos, la inundación de nuestros territorios y la construcción de parcelas y fincas de recreo las especies endémicas y nativas se están viendo gravemente amenazadas y en peligro de extinción, es el caso específico de la Magnolia Guatapensis que se encuentra registrado en el Libro Rojo de plantas de Colombia dada las condiciones de su escasa población.

Estamos hablando de un árbol de hasta 34 metros de alto y tronco de 37 cm de diámetro, sus hojas son de 5 -10 cm de ancho, flores verde amarillentas con tres sépalos (son los que envuelven a las otras piezas florales en las primeras fases de desarrollo, cuando la flor es sólo un capullo o pimpollo) y diez pétalos obovados ( figura que tiene forma semejante a la de un huevo), suele confundirse con los Chagualos.

La Corporación Guatambiente Ong, ganadores de la más reciente convocatoria de Presupuesto Participativo que realiza CORNARE, quiere por medio de su proyecto educar a los pobladores del Municipio y visitantes sobre la importancia del cuidado de especies endémicas y nativas para que cuiden estas especies y se apropien del conocimiento y se animen a convivir en armonía con nuestro territorio que está lleno de riquezas naturales.

La Corporación Guatambiente ONG, nace con el objetivo específico del cuidado del medio ambiente en el territorio Guatapense, para ello un grupo de personas con diferentes profesiones y pasiones asociadas al medio ambiente se reúnen y conforman desde el 2016 dicha ONG. Entre ellas se destacan Paula Gómez, Gloria Flórez, Marleny Velásquez, Gloria Parra, Miguel Arcila, Jorge Benjumea y Astrid Saldarriaga, personas del Municipio con gusto por el cuidado del medio ambiente y la conservación de nuestro territorio.

Con una serie de actividades que busca dar a conocer este proyecto sobre el rescate del patrimonio natural, la Corporación tiene previsto la realización de muchas actividades que benefician al Municipio y pongan en boca de todos a la Magnolia Guatapensis, estarán haciendo la grabación de un documental con el cual se quiere mostrar de manera específica que significa dicha especie para el territorio Guatapense y porque su importancia.

Realizarán talleres en cada una de las veredas del Municipio y en la zona urbana con el objetivo de sensibilizar a la población de las escuelas y personas interesadas en este tema para que ellos se conviertan en voceros del medio ambiente.

La siembra de especies nativas de nuestro territorio es altamente importante en este proyecto para ellos se realizó una apropiación por medio del enriquecimiento natural con dichas especies en zonas rurales y urbanas de la localidad.

La capacitación y sensibilización a todas las personas de la comunidad y población flotante (turistas) también es indispensable, cuantas veces vemos que se compran predios y lo primero que se hace para "valorizar" el terreno es arrasar y destrozar el entorno por medio de la tala indiscriminada de nuestros bosque, entonces uno de los principales objetivos es que las personas entiendan la importancia de la conservación de los bosques, pequeños o grandes no importa la dimensión son necesarios para que el equilibrio funcione adecuadamente y no tengamos sequias que nos afecten ni a nuestros animales.

La importancia de tener en cada uno de nuestros territorios estas plantas nativas y endémicas y sobretodo de conocerlas es básicamente conocer nuestras riquezas naturales que son las que nos dan vida y ayudan a que los ecosistemas se mantengan en perfecto orden, hablamos específicamente de la vida en sí misma.

Si quieren más información o creen tener cerca una Magnolia Guatapensis por favor contactar: 301 413 77 60- 3204530266.

Cada cosa en su lugar

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